martes, 6 de marzo de 2012
París c'est chic!
La pasarela parisina es un camino de ladrillos amarillos de doble vía sobre el que los
modistos buscan el Reino de Oz con los pelos como escarpias tras el
tornado, que ha elevado sus creaciones sobre el aire, las ha cortado al
bies, retorcido hasta el paroxismo o despojado de todo elemento
superfluo para desnudar su esencia y dejar incluso sus ironías al
descubierto. La moda gira sobre sí misma, se enreda, ajusta sus patrones
al cliché de la nostalgia por los buenos viejos tiempos, sus mejores
ideas o las de los grandes maestros. Más allá del arco iris, las últimas
colecciones de Prêt-à-porter para el próximo invierno circulan en una
doble dirección; una que conduce de regreso a la confortable paz de esa
boutique de lujo que regentan los abuelitos en Kansas, y la que va hasta
el telón, donde flotan las cabezas de Coco Chanel, Jeanne Lanvin, Paul Poiret y Christian Dior. (Vogue.es)
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